El viajero que cruza las aguas turbulentas de este MaldeMar hace oídos sordos al canto de las sirenas y escala donde ayer florecieron las siemprevivas o donde se espinó con las rosas del arbitrio, pues navega con el corazón abierto a las marejadas del destino.
Hay una memoria / que no se desprende, por más que la ignoro / viene conmigo a todas partes / como una escalera en un acantilado.
El suyo es un trayecto para renegociar el pasado, con sus caídas chicas y grandes, pues quiere retomar el camino de su infancia, buscar la razón de su fracaso.
A veces pienso / cómo será recomenzar… Soy todos los hombres / sin embargo no sé qué hacer / ni cómo unir lo que perdí.
Dura tarea para quien lleva inmersa la nostalgia como un don y un refugio; para un poeta que juega sus cartas con el fracaso, con gratitud, como si se de un amigo entrañable se tratara:
Soy el que se irá sin dejar huellas, / tan solo una estela de polvo cósmico para mis hijos.
Al transitar de vuelta las imposibles rutas de lo perdido, el viajero renueva sus certezas y encuentra la llave que abre las puertas de la reconciliación con uno mismo y con los otros.
Me entusiasma / esta forma silenciosa / del entusiasmo. / De estar con las sombras / comprometido / y cocinar cantando / nuestro salobre / desierto de nostalgias. / Me entusiasma/ que ser optimista / cueste igual que lo contrario / y que casi nadie pague un cinco / por aquella colección de flores en mis ramas.
Osvaldo Sauma
ISBN: 978-9930-9662-9-7
Autor: Blas Dotta