La hoja de ruta de un poeta es cíclica, pues nace, crece, se reproduce y vuelve a su infancia, lugar donde sueña con los mangos caídos después de un aguacero, y que Mario Matarrita, como buen atleta de la imaginación, ha sabido vivir en cada uno de los ambientes que el destino ha puesto en la tierra de sus pasos, bañado en inocencia frente a lo que pudo ser, muchas veces, su «»fin del mundo»», para llegar a entender la continuidad de su sangre: Existe un sitio / inconquistable por la muerte / los ojos de mi hijo.
Hay un camino que saben tomar los hombres sabios: la gratitud. Y ésta puede leerse en muchos poemas de este libro, células que confluyen en una misma filosofía: el homenaje a su hermano fallecido, la lectura certera de la ciudad que habita, la cultura de sus viajes, el abrazo fraterno a los amigos que regresan, en especial a un gran poeta que respira en varias latitudes de este viaje; y tantas formas en las que Mario aprendió a pintar hasta alcanzar una madurez que nos remite a la semilla más importante del entendimiento: saber vivir. Son estas páginas, sin duda, un testimonio de brújulas señalando caminos verdaderos y ninguna certeza / ningún asidero / sería posible / sin la poesía.
Dennis Ávila Vargas
ISBN: 978-9930-9553-2-1
Autor: Mario Matarrita