“Los dioses mueren jóvenes”, dijo el poeta Nicolás Guillén ante el ataúd de Benny Moré. La misma frase cabría ante los restos de Carlos Gardel, de Elvis Presley, de Julio Jaramillo, de Nino Bravo, de JanisJoplin, de Memo Neyra y tantos otros artistas que mueren con la celeridad del rayo y en pleno ejercicio de su arte.
Para ellos no estaba prevista la lenta desaparición del hombre que se va apagando lentamente, como una tarde que se consume en la sombra de la noche, sin sorpresas. Paradójicamente, en aquel trance violento y cegador, reside parte del misterio del mito. “Un héroe es un mito en acción”, dijo Rollo May, uno de los más destacados investigadores de este tema y Memo Neyra, en el campo de nuestra música popular, ha venido a llenar las ansias del pueblo de contar con un mito criollo, propio e indisputable.
En el fondo, el caso de Memo Neyra es ya un asunto de análisis académico, es un fenómeno sociológico que solo se puede explicar por la vía de la interpretación mítica. Murió joven, en circunstancias violentas y en pleno ejercicio de su arte; esas tres condiciones, con el paso de los años, lo han catapultado hacia la condición mítica.
De otro modo, no se explica cómo las críticas, el menosprecio y las burlas de ayer, han quedado relegadas a anécdotas jocosas que ya no compiten con los aires de leyenda que ha asumido su figura.
Mario Zaldivar
ISBN: 978-9930-9578-6-8
Autor: Guillermo Acuña González