Un alto en el camino
En el fluir constante de la actualidad cultural donde las actividades se suceden unas a otras, las opiniones se entrecruzan, los juicios se interponen y se sobreponen, las novedades dejan de serlo inmediatamente, el pasado se reconstruye, se reinterpreta, se interviene, el presente se distorsiona, se cruza, se mezcla, se confunde, el futuro se inventa, se proyecta, se desea, se imagina, de vez en cuando y de una forma completamente arbitraria, merece la pena hacer un alto en el camino y darse un tiempo para observar, para ver y disfrutar, para echar una mirada reflexiva y abarcadora sobre el paisaje que se tiene alrededor.
Este libro, que inaugura una pequeña colección que bajo el título Miradas subjetivas quiere hacer un repaso de la actividad cultural costarricense de los últimos años, pretende ser precisamente eso, una parada arbitraria en el camino de la creación plástica contemporánea realizado desde una mirada individual y por lo tanto subjetiva. Arbitraria porque no hay una razón de peso para hacer una parada en un camino del que se conoce únicamente lo andado, quizás apenas una razón simbólica y redonda, los diez años que acaba de cumplir el Centro Cultural de España desde su creación en San José, una mera y buena disculpa para intentar hacer un balance. Balance que desde el título hemos querido subrayar como subjetivo no tan sólo como una provocación sino también como una defensa, desde el inicio, de sus propios límites. Un trabajo que se propone analizar una realidad cambiante y extensa, necesariamente va a dejar muchos espacios vacíos, a enfatizar algunos aspectos y a obviar otros, pero los propios límites del análisis pueden servir de referencia esencial para discriminar lo aún inexplorado o lo deficientemente explorado. Este libro, y los otros que le sigan, quiere ser un paso en el debate siempre necesario para escudriñar la realidad que nos rodea y poder entenderla y abarcarla en todos sus múltiples y diferentes aspectos.
Desde aquí quiero agradecer a Tamara Díaz Bringas, que aceptó el reto sin dudarlo y que se puso a trabajar inmediatamente y con todo su entusiasmo, a sus compañeros y colaboradores Clara Astiasarán y Ernesto Calvo, a Luis Fernando Quirós y Juan Sánchez por el diseño y por la falta de erratas (¡espero!), y, por supuesto, a los artistas costarricenses sin los cuales este estudio hubiera sido literalmente imposible. Esta colección es también un recuerdo, casi homenaje, a todos los que hicieron posible durante estos 10 años que el Centro Cultural de España en Costa Rica se convirtiera en un espacio de diálogo y de encuentro entre las diferentes manifestaciones culturales de ambos países, y muy especialmente a Miguel Ángel González, mi asistente durante los primeros meses de mi estancia en Costa Rica y quien me regaló las primeras pautas para entender y moverme por este país al que él estaba tan arraigado. A todo ellos y por muchas cosas más, mi agradecimiento.
Lidia Blanco
Directora
ISBN: 9968-834-45-X
Autor: Tamara Díaz Bringas